Vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario (14 de Agosto) – Ciclo C

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El Pan de Vida Estudio de Biblia Católico

Por Deacon Ken y Marie Finn

ANTES DE COMENZAR:

Ora y pídele a Dios que te hable a través de Su Espíritu Santo. “EL ESPIRITU SANTO INTERPRETE, QUE EL PADRE LES ENVIARA EN MI NOMBRE, LES VA A ENSEÑAR TODAS LAS COSAS Y LES RECORDARA TODAS MIS PALABRAS.”  (JUAN 14:26)

PRIMER DIA  Vuelve a leer las lecturas de la semana pasada.

1. ¿Cuál fue el mensaje qué recibiste de la homilía o de las lecturas que oíste en misa el domingo?

 

2. ¿De lo que aprendiste, qué escogiste para aplicar a tu vida esta semana?

 

 

SEGUNDO DIA JEREMIAS 38:4-6, 8-10 PRIMERA LECTURA

(El Rey Sedecías contestó: “El está en tu poder.”)

1. ¿Qué le dijeron los principes al rey? Jeremías 38:4

 

2. ¿Qué dijo Jeremías para que los principes dijeran esto? Jeremías 38:1-3

 

3. ¿Qué dijeron los principes que Jeremías hizo a los soldados y a toda la gente? ¿Y en qué dijeron que era su interés? Jeremías 38:4

 

4. ¿Quién era rey en este tiempo, cómo les contestó y porqué razón? Jeremías 38:5

 

5. ¿Qué hicieron con Jeremías? Jeremías 38:6

 

6. ¿Quién era Abdemelec y qué hizo? Jeremías 38:7-8

 

7. ¿Qué le dijo al rey sobre los hombres que pusieron a Jeremías en la cisterna? Jeremías 38:9

 

8. ¿Qué dijo que le pasaría a Jeremías y porque razón? Jeremías 38:9

 

9. ¿Qué ordenó el Rey que se hiciera? Jeremías 38:10

 

Personal – ¿Te dejas llevar por las opiniones de los demás? ¿En qué forma has seguido la Palabra de Dios esta semana, aún contra lo que piensan los demás?

 

 

TERCER DIA HEBREOS 12:1-4 SEGUNDA LECTURA

(“A quien ama el Señor, lo corrige…”)

1. ¿Qué es lo que nos rodea? Hebreos 12:1

 

2. ¿Qué debemos hacer a un lado? Hebreos 12:1

 

3. ¿En qué debemos de perseverar? Hebreos 12:1

 

4. ¿En quién deben estar puestos nuestro ojos y qué hace por nosotros? Hebreos 12:2

 

5. ¿Qué iba a encontrar y que soportó, a pesar de su vergüenza? Hebreos 12:2

 

6. ¿Dónde está sentado? Hebreos 12:2

 

7. ¿Qué debemos recordar y qué no debemos hacer? Hebreos 12:3

 

8. ¿Qué estaba contra Su misma persona? Hebreos 12:3

 

9. ¿Quiénes son los pecadores? Romanos 3:23

 

10. ¿De dónde sacamos la fuerza para la lucha contra el pecado? Isaías 40:28-31

 

11. ¿Qué no hemos tenido que hacer? Hebreos 12:4

 

Personal – ¿Cómo has resistido el pecado tu vida? ¿Qué te dice esta oración a tí en lo personal, “En tu lucha contra el pecado no has resistido hasta el punto de derramar sangre?”

 

 

CUARTO DIA LUCAS 12:49-53 EVANGELIO

(“Vine a traer fuego a la tierra.”)

1. ¿Qué vino Jesús hacer en el mundo? Lucas 12:49

 

2. ¿Qué es lo que desea? Lucas 12:49

 

3. ¿Qué es lo que debe recibir, qué siente hasta que todo esto termine? Lucas 12:50

 

4. ¿A qué bautizmo se refiere? Marcos 10:38 y Juan 19:28-30

 

5. ¿Qué pregunta hace Jesús y cómo la contesta? Lucas 12:51

 

6. ¿A qué vino? Lucas 12:51

 

7. ¿A qué división se refiere? Mateo 25:32-46 y Ezequiel 34:17

 

8. ¿Qué habrá en una casa de cinco? Lucas 12:52

 

9. ¿Qué pasará entre padres e hijos, madres e hijas y suegras y nueras? Lucas 12:53

 

10. ¿Qué pasará contigo por Jesús, y cuándo se llevará a cabo esto? Mateo 10:21-23

 

11. ¿Quiénes serán nuestros enemigos? Mateo 10:36

 

Personal – ¿En qué forma te ha separado Jesús a tí de tus familiares? ¿Cómo has sobrellevado este rechazo? Medita en Mateo 11:28-30.

 

 

QUINTO DIA LEE EL SALMO 40:2-4, 18

(“El puso un canto nuevo en mi boca.”)

Leé y medita el Salmo 40:2-4, 18.

¿Qué te dice personalmente el Señor por medio de este Salmo?

 

¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida diaria?

 

 

SEXTO DIA LEE TODO EL COMENTARIO

JEREMIAS 38:4-6, 8-10

El rey Sedecías y sus oficiales no querían escuchar las palabras de Jeremías, pero si querían sus bendiciones. El rey no sabía que hacer, si rendirse o resistir. El rey estaba agitado con toda la gente. Jeremías le dijo que si aceptaba la ayuda de Egipto y se quedaba en Jerusalén, los de Babilonia lo iban a destruir. Le dijo a Jeremías que viniera en secreto al palacio haber si Dios le mandaba buenas noticias. El rey tenía pánico, quería escuchar la Palabra de Dios pero no quería tener un conflicto político con los oficiales públicos.

El rey Sedecías era incapaz de hacer decisiones firmes. Estaba de acuerdo con todos y por eso su nación estaba toda agitada. Escuchó a Jeremías (37:2) y luego le hizo caso a otros y estuvo de acuerdo de que lo mataran (38:5). Por fin les permitió a otros que rescataran a Jeremías (38:10). El no era popular y sus palabras las entendían como las de un traidor. Con toda certeza él decía que la profesía de Dios era que Jerusalén sería destruida por sus pecados. Advertía a la gente que se fueran de Babilonia pero no le escucharon. Jeremías proclamó la Palabra de Dios por 40 años y fue rechazado, perseguido y no tuvo seguidores que le animaran. Por fin tuvo que dejar su tierra y hasta la gente de Babilonia lo trataba con más respeto que su misma gente.

Dios no garantiza que sus sirvientes escaparán persecusión, aún los de categoría como Jeremías, aunque sean fieles. Pero sí nos promete como prometió a éllos, que estará con nosotros y nos dará la fuerza para perseverar. Cuando sirvas a los demás, recuerda que no es para quedar bien con el hombre sino para la gloria de Dios. Jerusalén era una ciudad con muchas puertas y una de las puertas daba a Benjamin quien arreglaba asuntos legales. Un oficial público llamado Abdemelec, fue inmediatamente a darle la queja de que se estaban cometiendo injusticias contra Jeremías. Este oficial público era el único que protestaba acerca de un complot para matar a Jeremías. Su obediencia le pudo costar la vida. Dios le perdonó cuando Jerusalén cayó (39:16-18).

Puedes hacer lo que hace la gente o hablar por Dios cuando veas una injusticia. Puede que seas tu solo el que hable. Cuando alguien te haga una injusticia a tí dá gracias a Dios por los Abdemelecs de este mundo.

 

HEBREOS 12:1-4

Vivir la vida Católica Cristiana, o como dicen los de la calle, que no sea solo palabrear sino actuar, involucra mucho trabajo. Se nos dice que debemos alejarnos de personas o situaciones donde se perjudica nuestra relación íntima con El Señor. Debemos vivir con paciencia y luchar contra el pecado con el poder del Espíritu Santo (2 Tim. 1:7). Para vivir de esta manera nuestros ojos deben estar siempre en Jesucristo. Nos tropezamos y caemos cuando quitamos la vista de Jesús y los ponemos en nosotros o las circunstancias a nuestro alrededor. Tenemos que tener en cuenta que la carrera que estamos corriendo es de Jesús y no la nuestra. Cuando tenemos obstáculos y desaliento en nuestras vidas, es fácil perder de vista lo más importante.

Jesús está siempre con nosotros para animarnos en la lucha. No debemos tener miedo del sufrimiento, porque el sufrimiento es para que crescamos y maduremos en la espiritualidad cristiana. Un famoso levantador de pesas dice que “si no te causa dolor, no ganas nada,” y creo que esto es verdad. El sufrir nos dá paciencia y hace dulce nuestra victoria final. Jesús aguantó el sufrimiento máximo y todo por nosotros. El sufrió hasta el punto de derramar sangre para que todos fueramos libres.

Muchos nos enfrentamos a dificultades tremendas, físicas, emocionales y espirituales pero el saber que El está dentro de cada uno de nosotros nos hace la carrera duradera. Jesús sudó gotas de sangre por el pecado y la tentación que venía sobre nosotros. Jesús no perdió de vista nuestra libertad y nosotros no debemos de perder de vista que la carrera de la vida es con El, por El y para El.

Hoy nos hablan de muchas maneras para correr esta carrera de la vida. Un atleta tiene que entrenar diligentemente si espera tener éxito. Tú y yo somos llamados a ver siempre en la dirección de Jesucristo y El estará con nosotros y Su amor será obvio en la manera que respondemos a los demás y sus necesidades.

 

LUCAS 12:49-53

Jesús nos advirtió que Su venida iba a traer división en muchos grupos y también en familias. El dice que nos traía un fuego al mundo y seguramente era el fuego del Espíritu Santo. Pensamos en la venida del Espíritu Santo como lenguitas de fuego sobre los apóstoles (Hechos 2:3). El fuego se usa para limpiar y purificar metales preciosos. El fuego quita y quema todas las imperfecciones. El fuego es poderoso y doloroso.

La crucifixión de Jesús fue su terrible bautizmo. El hablaba del dolor, de la experiencia de la separación completa de Dios para morir por los pecados del mundo. Sí, El tenía que sufrir el dolor por los pecados de todo el mundo. El murió por tí y por mí aún cuando todavía eramos pecadores (Romanos 5:8). Su muerte nos libro a todos de la esclavitud del pecado. Es fácil decir que vamos a sufrir todo por Cristo y sin embargo nos quejamos mucho de cosas pequeñas.

Jesús nos reveló que Su venida causaría conflictos a toda la gente, a muchas familias. El requiere una respuesta y muchos se apartan entre sí, pues unos deciden seguirlo y otros deciden lo contrario. No hay decisiones a medias con Jesús, o estás con El o contra El. Solo tenemos que ver en tantos lugares del mundo donde las familias están en conflicto entre ellos. A nosotros se nos llama a declarar nuestra lealtad hacía Cristo y a comprometernos con El. Pueda ser que esto nos orille a perder ciertas relaciones hasta en nuestra familia. ¿Quieres tomar el riesgo de perder tus amistades o tus familiares por ganar la vida eterna?

 

Aplicación

En la primera lectura vemos a Jeremías perseguido y rechazado por 40 años en su ministerio. La segunda lectura nos dice que pongamos nuestra vista siempre en Cristo en la carrera de la vida, especialmente cuando se trata de sufrir. El evangelio nos dice que no desmayemos. Cristo está siempre con nosotros aún en los tiempos más difíciles de nuestras vidas.

Vamos a tratar esta semana de ser concientes de los demás, especialmente de nuestros familiares. Si encontramos rechazo o persecusión por nuestro compromiso con Cristo, vamos hacer oración y de esta manera enseñaremos a los demás que nada nos puede separar del amor de Dios y que Jesús está siempre con nosotros.

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