El Pan de Vida Estudio de Biblia Católico
By Deacon Ken and Marie Finn
ANTES DE COMENZAR:
Ora y pídele a Dios que te hable a través de Su Espíritu Santo. “EL ESPIRITU SANTO INTERPRETE, QUE EL PADRE LES ENVIARA EN MI NOMBRE, LES VA A ENSEÑAR TODAS LAS COSAS Y LES RECORDARA TODAS MIS PALABRAS.” (JUAN 14:26)
PRIMER DIA Vuelve a leer las lecturas de la semana pasada.
1. ¿Cuál fue el mensaje qué recibiste de la homilía o de las lecturas que oíste en misa el domingo?
2. ¿De lo que aprendiste, qué escogiste para aplicar a tu vida esta semana?
SEGUNDO DIA LEE ECLESIASTICO 27:30 – 28:7 PRIMERA LECTURA
(“Perdona los errores de tu prójimo.”)
1. ¿Cuáles cosas son abominables y qué hace el pecador con ellas? Eclesiástico 27:30
2. ¿Qué debes tener en mente, y qué no cumple la ira del hombre? Santiago 1:19-20
3. ¿Qué sufrirá el vengador y por qué? Eclesiástico 28:1
4. ¿Quién dice, “la venganza es mía: yo repagaré”? Romanos 12:19
5. ¿Si perdonas la injusticia a tu prójimo, que te pasará cuando ores? Eclesiástico 28:2
6. ¿Qué le dijo Jesús al Padre cuando estaba muriendo en la cruz? Lucas 23:34
7. ¿En Quién te ha perdonado Dios? Efesios 4:32
8. ¿Si una persona alimenta el enojo contra otra persona, qué puede esperar del Señor? Ecl. 28:3
9. ¿Cuáles son las preguntas dadas en los versículos cuatro y cinco de Eclesiástico 28?
10. ¿Qué debes recordar, qué debes dejar de hacer y qué debes cumplir? Eclesiástico 28:6
11. ¿Qué no debes odiar, la alianza de quien debes recordar, y que debes dejar pasar? Eclesiástico 28:7
Personal – Ora y pídele al Señor que te revele cualquier enojo que tal vez estés abrigando contra alguna persona. Qué te dé la fuerza para perdonar cuando eres tratado(a) injustamente siendo inocente.
TERCER DIA ROMANOS 14:7-9 SEGUNDA LECTURA
(“Tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor.”)
1. ¿Qué no hace ninguno de nosotros? Romanos 14:7
2. ¿Qué ejemplo nos dio Jesús para seguir en nuestro modo de vivir? ¿El servidor no es más grande que quién? Juan 13:12-16
3. ¿Mientras vivimos para quien vivimos? Romanos 14:8
4. ¿Cuando morimos, para quién morimos? Romanos 14:8
5. ¿A quién pertenecemos tanto en la vida como en la muerte? Romanos 14:8
6. ¿Qué es el esclavo que fue llamado a creer en el Señor, y cómo hemos sido comprados? 1 Corintios 7:22-23
7. ¿Por qué murió Cristo y volvió a la vida de nuevo? Romanos 14:9
8. ¿Quién fue apartado por Dios para juzgar tanto a los vivos como a los muertos? Hechos 10:36-42
9. ¿Cómo es llamado el bendito y único regidor? 1 Timoteo 6:15
10. ¿Qué debe proclamar cada lengua para la gloria de Dios el Padre? Fil. 2:11
Personal – ¿En qué forma te has sometido a nuestro Señor Jesucristo? ¿Es sumisión total o parcial? ¿Cómo se ha hecho visible esta sumisión para tu familia, amistades, compañeros de escuela, o conocidos en el trabajo?
CUARTO DIA MATEO 18:21-35 EVANGELIO
(“Mi Señor, ten paciencia conmigo y yo te pagaré todo.”)
1. ¿Quién estaba hablando y qué le pidió al Señor? Mateo 18:21
2. Cuando Jesús les dijo a Sus discípulos como oraran, ¿qué dijo El que hicieran concerniente al perdón? Mateo 6:12
3. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús para perdonar siete veces? Mateo 18:22
4. ¿A qué puede ser comparado el reino de Dios? Mateo 18:23
5. Mientras el Rey empezaba sus audiencias uno que le debía una gran cantidad de dinero fue traído adentro, ¿qué ordenó su patrón en pago de la deuda? Mateo 18:24-25
6. ¿Qué hizo y dijo el oficial? Mateo 18:26
7. ¿Con qué se compadeció el patrón, y que hizo? Mateo 18:27
8. ¿Qué hizo el mismo oficial cuando se encontró a un compañero sirviente? Mateo 18:28
9. ¿Qué hizo y dijo su compañero sirviente y qué hizo que hicieran con él? Mateo 18:29-30
10. ¿Cuando sus compañeros sirvientes vieron lo que pasó, cuál fue su reacción a dónde fueron y qué hicieron? Mat. 18:31
11. ¿Cuando su patrón lo mandó a buscar, qué le dijo? Mateo 18:32-33
12. ¿Qué hizo él en su coraje? Mateo 18:34
13. ¿Qué dijo Jesús que haría Su Padre celestial y que debemos hacer nosotros? Mateo 18:35
14. ¿Qué penetra los pensamientos más íntimos? Hebreos 4:12
Personal – ¿Por cuál falta tuya murió Jesús en la cruz y te perdonó? ¿Qué falta mayor necesitas perdonar en un hermano o hermana? Sé especifico(a).
QUINTO DIA LEE SALMO 103:1-4, 9-12
(“No nos trata según nuestros pecados.”)
Lee y medita en el Salmo 103:1-4, 9-12.
¿Qué te dice personalmente el Señor por medio de este Salmo?
¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida diaria?
SEXTO DIA LEE TODO EL COMENTARIO
ECLESIASTICO 27:30-28:7
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lucas 23:34)”. Jesús le pidió a Su Padre que perdonara a la gente que lo estaba preparando para Su muerte. Dios contestó esa oración abriendo el camino de salvación para todos.
El pasaje de ahora nos revela que la venganza es solamente del Señor (Romanos 12:19). Se nos ha dicho que la piedad vendrá solamente para esos quienes demuestran piedad y que seremos perdonados por nuestros pecados en la misma medida que nosotros perdonemos a quien ha pecado contra nosotros.
Tú y yo no debemos rehusar la piedad a ninguna persona porque ya hemos sido perdonados por Jesucristo y Su muerte pagó el precio de nuestra redención. Su sangre nos ha lavado. Porque El nos ha perdonado, podemos perdonar a otros. El dolor de ser lastimado(a) físicamente, emocionalmente, sexualmente o hasta espiritualmente, puede ser tan abrumador que parece que la venganza es más justificable. A veces parece más lógico esconderse del dolor que hay adentro.
Permite que Jesús entre en tu corazón y mientras estás leyendo esto, déjalo ir al punto del dolor en todo tu ser. Di, “Ven, Espíritu Santo, dame el poder de perdonar igual como lo hace mi hermano Jesús”. El te sanará y renovará tu mente (Romanos 12:2). El tomará residencia en tu corazón y te dará un corazón de carne en lugar de ese corazón de piedra. El será tu roca, tu fortaleza, tu refugio (Salmo 91). El ungirá tu cabeza con aceite sanador, y habitarás en Su casa para siempre (Salmo 23).
Aprenderás a dar piedad porque El reside en tu templo (1 Corintios 6:20). Perdonarás a esos quienes te han dañado porque tú has sido perdonado(a) por todos tus pecados (Mat. 6:12). Vamos a recordar ser prontos para escuchar, lentos para el enojo, y lentos para hablar (Santiago 1:19, 20). Pues la cólera del hombre no demuestra la justicia del Señor.
ROMANOS 14:7-9
La única persona que nació para morir ha sido Jesucristo. El vivió y murió por toda la humanidad. El murió por todos los pecadores en el mundo. Su muerte pagó el precio que liberó a la humanidad de la esclavitud de Satanás. No toda la humanidad decidió aceptar Su regalo increíble y como consecuencia miramos un tremendo conflicto entre lo bueno y lo malo. Porque tanto amo Dios al mundo que le dio Su único Hijo, para que todo el que crea en El no se pierda, sino que tenga Vida Eterna (Juan 3:16).
Jesús nació para ser el servidor que sufriera por la humanidad y para ser su Señor y Salvador. Hoy en día vemos mucha gente que vive su vida en la creencia de que son sus propios talentos y deseos los que determinan su destino. Vemos muchas culturas que dicen que tienes que ser fuerte e independiente para salir adelante. La humildad es confundida con la debilidad en muchas partes de nuestra sociedad. El amor a Dios, familia y país es considerado por algunos(as) como una tontería sentimental.
Jesús nos llamó a ser lavadores de pies en el mundo (Juan 13:3-17). El nos llamó a ser sirvientes para nuestros prójimos y a amarnos unos a los otros como El nos ha amado (Juan 13:34). El nos dice que nuestra libertad ha sido comprada a un precio muy alto y ese precio fue Su sangre (1 Corintios 7:22-23). El nos pide una sumisión a El y una sumisión de uno para con el otro. Debemos pensar primero en los demás.
Debemos ponernos la mente de Cristo (Fil. 2:2-11). Hemos sido llamados a vivir para Cristo porque El ha muerto por nosotros para que podamos vivir para siempre. El es nuestro Señor y cuando nosotros muramos pasaremos la eternidad en Su presencia amorosa.
Yo los animo a que paren de hacer lo que están haciendo ahora, se arrodillen y confiesen que Jesucristo es el Señor de sus vidas. El está de pie junto a la puerta de tu corazón. Abre esa puerta e invítalo a pasar y déjalo que te sane ahora. (Apocalipsis 3:20).
MATEO 18:21-35
En el Evangelio de hoy se nos dice que si no perdonamos a los que nos ofenden, tampoco Dios perdonará nuestras ofensas a El. En los días de Cristo había una costumbre Judía que solo se perdonaba a alguien tres veces. Era considerado perfectamente aceptable y se demandaba castigo en la cuarta ofensa.
Pedro pensó que él estaba siendo muy generoso sugiriendo perdonar a alguien siete veces. El estaba asustado, al oír a Jesús decirle que debemos perdonar siempre, sin importar cuantas veces lo pidan.
La historia de ahora nos enseñó las serias consecuencias que esperaban a los que no podían pagar sus deudas. No era raro ver un deudor permanecer el resto de su vida en la cárcel. Piensa acerca de esto por un momento. Ninguno de nosotros es capaz de pagar nuestra propia deuda a Dios. Jesucristo murió por nosotros en la cruz y pagó el rescate por nuestros pecados con Su vida. Si alguna vez fuéramos juzgados sobre que tan bien pagamos nuestra propia deuda, el cielo estaría vacío.
¿Cuántas veces le has pedido al Señor que te perdone y recibiste Su perdón en el hermoso sacramento de la reconciliación? ¿Cuántas veces caíste en la seducción de la tentación? Dios en su increíble misericordia no ha puesto límite en el número de veces que podemos caer.
El camino a la vida eterna estaría vacío y sería muy largo si Dios nos limitara únicamente a un número determinado de veces de ser perdonados. Tenemos un Dios que nos ama tanto que está tocando en la puerta de nuestros corazones pacientemente, esperando a entrar y sanarnos al igual que perdonarnos (Apocalipsis 3:20).
Jesús nos está diciendo ahora que el perdón es una decisión y es una decisión de amar. Jesús nos dice en la última oración de la parábola de hoy que Su Padre hará con nosotros lo que nosotros le hagamos a otros (Mat. 18:35). Jesús mismo nos dice en la Escritura que lo que sea que hagamos al más pequeño de Sus hermanos, lo hacemos a El (Mat. 25:31-41). Jesús mismo nos ha demostrado que Sus acciones apoyan Sus palabra. Mientras moría en la cruz El miró arriba a Su Padre y dijo, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34) Mis queridos hermanos y hermanas en Cristo, hemos sido llamados hoy a hacer nada menos que lo mismo y eso es perdonar a los que nos han ofendido
Aplicación
La primera lectura nos enseña que la venganza es de Dios, no de nosotros. La segunda lectura nos dice que la humildad es el carácter de Cristo. El Evangelio revela que el perdón no es una opción para el Cristiano. Es un requisito que ofrecemos a otros de la misma manera que Dios nos lo ofrece a nosotros.
Toma tiempo esta semana para ir con un miembro de la familia, amistad, o compañero del trabajo contra quien guardas un resentimiento. Pídeles que te perdonen por ello. Pide perdón por haberte quedado con ese resentimiento, amargura, o falta de perdón hacía ellos. Recuerda, por medio del perdón viene el alivio.