DECIMOOCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO – A

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DECIMOOCTAVO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

 

ANTES DE COMENZAR:

 

Ora y pídele a Dios que te hable a través de Su Espíritu Santo. “EL ESPIRITU SANTO INTERPRETE, QUE EL PADRE LES ENVIARA EN MI NOMBRE, LES VA A ENSEÑAR TODAS LAS COSAS Y LES RECORDARA TODAS MIS PALABRAS.”  (JUAN 14:26)

 

PRIMER DIA  Vuelve a leer las lecturas de la semana pasada.

 

  1. ¿Cuál fue el mensaje qué recibiste de la homilía o de las lecturas que oíste en misa el domingo?

 

  1. ¿De lo que aprendiste, qué escogiste para aplicar a tu vida esta semana?

 

SEGUNDO DIA                                    LEE ISAIAS 55: 1-3               PRIMERA LECTURA

(“Escuchen, que ustedes podrán tener vida.”)

 

  1. ¿Quién es el que vendrá al agua y quién será el que recibirá grano y comerá? Isaías 55:1

 

  1. ¿Quién busca el agua en vano? ¿Qué cosa no hará el Dios de Israel?  Isaías 41:17

 

  1. ¿Qué dice Jesús que te dará? Juan 4:10

 

  1. ¿Qué es lo que no tienes que hacer para beber vino y leche? Isaías 55:1

 

  1. ¿Quién es el pan de vida y quién nunca tendrá sed? Juan 6:35

 

  1. ¿Qué pregunta es formulada en el versículo 2 de Isaías 55?

 

  1. ¿Qué deberás hacer para comer bien y en que disfrutarás? Isaías 55:2

 

  1. ¿Qué deberás hacer para poder tener vida? Isaías 55:3

 

  1. ¿Qué renovará El con nosotros? Isaías 55:3

 

  1. ¿Cuál fue el contrato o promesa hecha a David? 2 Samuel 7:12-16

 

PERSONAL – Una invitación para venir a El es dada repetidamente en estos pasajes. ¿En qué manera has venido tú a El sin sentir que tienes que pagar en alguna manera?  ¿De qué modo ves esta invitación como un regalo gratis?

 

TERCER DIA                                     ROMANOS 8:35, 37-39            PRIMERA LECTURA

(“…somos mas que conquistadores debido a El, quién nos ha amado.”)

 

  1. ¿Llenen las siguientes líneas: ¿Quien nos separará del ____________ _________________ de ________________?  ¿Las___________________ o la _____________________, la ______________________ o  el____________________, la _____________________, o los ___________________ o la ___________________?  Romanos 8:35

 

  1. ¿Qué somos por El, quién nos ha amado? Romanos 8:37

 

  1. ¿Cómo nos prueba Dios Su amor hacía nosotros? Romanos 5:8

 

  1. ¿De qué estoy seguro? Romanos 8:38-39

 

  1. Nombra las diez cosas que no te pueden separar a ti del amor de Dios. Romanos 8:38-39

 

1._______________________ 6.  _______________________

 

2._______________________ 7.  _______________________

 

3._______________________ 8.  _______________________

 

4._______________________ 9.  _______________________

 

5._______________________ 10.  ______________________

 

  1. ¿En quién encontramos el amor de Dios? Romanos 8:39

 

  1. ¿Qué camino debemos seguir? Efesios 5:2

 

  1. ¿Qué dice 1 Corintios 13:4-8 acerca del amor?

 

  1. ¿Qué nos separa de Dios? Isaías 59:2

 

  1. ¿Dé que manera llegamos a entender el amor? 1 Juan 3:16

 

Personal – ¿De qué manera has sido en tu vida un conquistador?  ¿De qué manera, diariamente, estás sintiendo el amor de Dios en tu vida?  ¿Están tus relaciones con algún miembro de la familia o con un amigo separándote del amor de Dios?  ¿Qué puedes hacer para reconciliarte con esta persona?

 

CUARTO DIA                                    LEE MATEO 14:13-21                            EVANGELIO

(“No hay necesidad de irse, denles algo para comer ustedes mismos.”)

 

  1. ¿Qué había escuchado Jesús; cómo y a dónde fue? Mateo 14:13

 

  1. ¿Qué hizo la multitud de gente? Mateo 14:13

 

  1. Cuando Jesús desembarcó y miró la multitud de gente, ¿cuáles fueron sus sentimientos y qué hizo?

Mateo 14:14

 

  1. ¿Quién también, tuvo piedad de alguien y se conmovió para responder? Lucas 10:30-34

 

  1. ¿Qué dice el evangelio de Marcos acerca de lo que hizo Jesús cuando vio la multitud? Marcos 6:34

 

  1. Cuando se aproximó la noche, ¿qué sugirieron los discípulos a Jesús que dijera a la multitud? Mateo 14:15

 

  1. Jesús respondió diciéndoles que no era necesario que se fueran. ¿Qué les dijo a los discípulos que hicieran y cuál fue la respuesta de ellos?  Mateo 14:16-17

 

  1. ¿Qué les dijo Jesús a los discípulos que hicieran con los cinco panes y dos pescados, y que ordenó a la multitud que hiciera? Mateo 14:18-19

 

  1. Cuando Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, ¿hacia donde miró, cuáles son las 3 cosas que hizo con ellos? Mateo 14:19

 

  1. ¿Qué hicieron los discípulos y que sucedió a todos los presentes? Mateo 14:19-20

 

  1. ¿Cuánto sobró y cuántos estaban presentes? Mateo 14:20-21

 

Personal – ¿De qué manera perdiste esta semana pasada los beneficios de haber tenido tu hambre satisfecha por medio de Jesús comiendo demasiado o enfocándote en la preparación de la comida física?

 

QUINTO DIA                                 LEE SALMO 145:8-9, 15-18

(“Abres tu mano y satisfaces el deseo de toda cosa viviente.”)

 

Lee y medita en el Salmo 145:8-9, 15-18.

 

¿Qué te dice personalmente el Señor por medio de este Salmo?

 

¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida diaria?

 

SEXTO DIA                                LEE TODO EL COMENTARIO

 

ISAIAS 55:1-3

 

Este pasaje nos invita a buscar alimento de la fuente verdadera de comida y agua, no solamente una fuente temporal que satisface solamente nuestros cuerpos.  Jesús no dice, al igual que la mujer en el pozo, que el agua que El nos da se convierte en una fuente perpetua dentro de nosotros.  Entonces estaremos libres de sed para siempre con vida eterna (Juan 4:14 y Juan 7:37,38).

Hay un tremendo paralelo en las funciones de nuestra vida espiritual y física.  Gastamos dinero en comida que dura poco tiempo y nos sacia solamente nuestras necesidades físicas.  ¿Se imaginan cuál sería la reacción si hubiera letreros en la comunidad de que toda clase de comida y bebida iban a ser dadas gratis?  La respuesta sería increíble e inmediata.

Eso es lo que Dios te está ofreciendo en este mismo instante.  El te está ofreciendo perpetua agua viviente y alimento que te llenara espiritualmente.  Todos podemos recibir esta comida para nuestras almas, pero primeramente necesitamos venir al Señor y responder a Su llamado.  Necesitamos escucharlo y buscarlo y llamar el nombre del Señor.  La salvación de Dios está ofrecida gratuitamente; pero para alimentar nuestras almas necesitamos recibirlo abiertamente.

Es muy importante para nosotros recordar que nos moriremos de hambre espiritualmente sin Su comida como también nos moriremos de hambre físicamente sin nuestro pan de cada día.  Así como nuestros cuerpos mueren de hambre y sed, también así nuestras almas.  La Palabra viviente, Jesucristo, puede satisfacer nuestras almas sedientas y hambrientas.

 

ROMANOS 8:35, 37-39

 

Este pasaje afirma nuestra fe y esperanza en el Señor Jesucristo claramente, enseñándonos que nada, ni la muerte misma, nos puede separar del amor de Dios.  El poder del Espíritu Santo nos libra de caer en el pecado y nosotros sabemos que ese poder siempre está a nuestro lado.  Si estuvieras parado en una sala de justicia y esperando el veredicto, ¿qué significarían esas palabras para ti si estuvieras “Condenado a muerte”? Debemos recordar que todo el mundo está “Condenado a muerte” justamente condenado por romper repetidamente la ley sagrada de Dios.  Sin Jesucristo, no tendríamos ninguna esperanza.  Pero gracias a Dios, El nos ha declarado no culpables y nos ha ofrecido libertad del pecado y el poder para seguir Su voluntad.

En el caso de peligro o calamidad o cuando somos perseguidos o devastados, la pregunta continuamente aparece “¿Quien podrá quitarnos el amor de Dios?”  ¿Son nuestras pruebas y tribulaciones una señal de que El ya no nos ama o que nos ha desamparado?  Nosotros necesitamos escuchar, leer y creer las escrituras que nos dicen repetidamente que El nunca nos dejará o nos quitará Su amor.  Estas palabras fueron escritas a una iglesia que pronto pasaría por una persecución terrible.  En unos pocos años, las palabras de Pablo se convertirían en realidades dolorosas.

El pasaje de hoy reafirma el increíble amor de Dios por Su gente.  Hoy en día, en muchos países del mundo, estas palabras son una tremenda realidad.  Debemos estar listos para enfrentar la muerte misma. Cristo hizo eso y somos llamados a seguir Su ejemplo.  Es muy importante recordar que no importa donde estemos o que nos suceda, nunca podremos separarnos de Su Amor.  Cuando el sufrimiento llegue, no nos alejará de Dios.  Al contrario, por medio del poder del Espíritu Santo, nos acercaremos más a Dios. Podremos identificarnos con El y permitir que Su amor nos sane.

Estos versículos contienen una de las promesas más sanadoras y confortadoras en todo la escritura. Tú tendrás que enfrentar esos apuros de persecución, enfermedad, encarcelamiento y hasta la muerte misma. Cualquiera de estas aflicciones podrán causarte temor de haber sido desamparado de Cristo.  Pablo nos dice que nada nos puede separar del amor de Dios, por que Su muerte es prueba de lo tanto que El nos ama.  Nada puede parar Su constante presencia en nosotros.  Dios nos dice como de grande es Su amor para que estemos totalmente seguros en El y no tengamos miedo.  Por Jesucristo tú y yo no necesitamos tener miedo. Debido a Jesucristo, tu y yo no necesitamos temer al mañana, porque nosotros también viviremos para siempre.

 

MATEO 14:13-21

 

Galilea era una parte pequeña del país y había muchos pueblos pequeños que escucharon acerca de Jesús y se amontonaron para oírlo hablar.  Jesús estaba lleno de pesar sobre la noticia de Juan el Bautista y como muchos de nosotros en nuestro tiempo de aflicción, El necesitaba descansar y estar solo con sus pensamientos.  La gente miró hacia donde se dirigía y lo seguían por tierra desde muchas aldeas.

Jesús buscaba la soledad después de la noticia de la muerte de Juan.  Sin embargo, no se hundía en su aflicción y regresó a Su ministerio.  El tenía mucha compasión por esos que venían a El, sanaba a sus enfermos, aún cuando El también estaba afligido.  Cuantas veces nos sentimos defraudados cuando necesitamos descansar o simplemente estar solos y las presiones de nuestras familias, trabajos o comunidades nos impiden poder atendernos a nosotros mismos.

Jesús escuchó a los discípulos quejarse de la multitud y le pedían que los mandara fuera y que fueran a las aldeas y se alimentaran por si mismos.  Se pueden ustedes imaginar más de 5,000 personas en medio de la nada y de repente que les digan que fueran a un supermercado a buscar comida.  La compasión de Jesús era muy grande cuando les pidió a los discípulos que les dieran de comer ellos mismos.  Los discípulos estaban sorprendidos y dijeron, “¿De dónde vamos a conseguir la comida y cómo lo haremos?”  Siempre que nos enfrentamos a algo que parece ser “difícil o imposible”, nos quejamos y predecimos un fracaso.  Lo imposible para el hombre se convierte en lo posible por medio de Cristo, y las 5000 personas fueron alimentadas con solamente 5 panes y 2 pescados.  Jesús proporcionó bastante comida hasta para que sobrara. ¿Crees tu esta historia?  ¿Crees tu que con Jesús todo es posible?

Jesús se dio tiempo en su ocupado horario para estar solo con Su Padre.   Su tiempo de soledad no era un tiempo para enfurruñarse sino para estar con Su Padre en oración.  El sabía que esto lo proveería para enfrentar los desafíos y problemas de la vida.  Jesús tomó el pan y los pescados y miró a Su Padre y dio gracias, y bendijo la comida.  Después, con confianza, rompió el pan y lo repartió a la gente.  Los Discípulos estaban que no podían ni hablar, la gente estaba delirando y Jesús estaba agradecido a Su Padre.

¿Qué tal hoy en día? Hay mucha gente cansada y en necesidad de comida, no solamente comida física, sino comida espiritual.  ¿Quién les dará de comer?  ¿Estás tú, de acuerdo con este pasaje?  Ustedes son los discípulos de Jesucristo y por su bautismo son llamados a seguir adelante y hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19).

Debemos seguir el ejemplo de Jesús y tomar tiempo para descansar en la soledad de Dios.  No debemos hundirnos en la aflicción ni tener lástima de nosotros mismos por nuestras enfermedades, infortunios, o por la muerte de un ser querido.  Debemos dar gracias, levantarnos y darles de comer a nuestros hermanos y hermanas, la Palabra Viviente y Sanadora de Dios.

 

Aplicación

La primera lectura nos habla de buscar alimento de la verdadera fuente de comida y agua, no solamente alimento temporal.  La segunda lectura nos dice que nada, ni siquiera la muerte misma nos puede separar del amor de Dios.  La tercera lectura nos enseña como Dios quiere que alimentemos a nuestros hermanos y hermanas con Su Palabra Santa y no estar solamente pensando en nosotros mismos y teniendo piedad solamente de nosotros mismos.

Esta semana hay que traer la Eucaristía a alguna persona que esté enfermo(a) o no puede salir.  Hay que alimentar a nuestras familias esta semana leyendo un pasaje de la escritura cada día a la hora de la cena. Vayan con toda la familia a un lugar donde se les dé de comer a la gente desamparada y ayuden a dar de comer.  ¡Recuerden, lo que ustedes hagan para el menor, se lo hacen a Jesús!

 

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