SEPTIMO DOMINGO DE PASCUA – CICLO A

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SEPTIMO DOMINGO DE PASCUA – CICLO A

 

ANTES DE COMENZAR:

             Ora y pídele a Dios que te hable a través de Su Espíritu Santo. “EL ESPIRITU SANTO INTERPRETE, QUE EL PADRE LES ENVIARA EN MI NOMBRE, LES VA A ENSEÑAR TODAS LAS COSAS Y LES RECORDARA TODAS MIS PALABRAS.”  (JUAN 14:26)

PRIMER DIA  Vuelve a leer las lecturas de la semana pasada.

 

  1. ¿Cuál fue el mensaje qué recibiste de la homilía o de las lecturas que oíste en misa el domingo?

 

  1. ¿De lo que aprendiste, qué escogiste para aplicar a tu vida esta semana?

 

SEGUNDO DIA                                LEE HECHOS 1:12-14            PRIMERA LECTURA

(“Todos ellos perseveraban en la oración.”)

 

  1. ¿Dónde está la montaña llamada de los Olivos y que había ocurrido ahí previamente?    Hechos 1:1-2 y 12.

 

  1. ¿Llegando a la ciudad, quién fue a los cuartos de arriba donde ellos se estaban quedando?      Hechos 1:13

 

  1. ¿A qué se habían dedicado ellos? Hechos 1:14

 

  1. ¿Qué dicen las siguientes escrituras acerca de la oración?

Marcos 11:24

Filipenses 4:6-7

Col. 4:2

1 Timoteo 2:8

1 Timoteo 4:4-5

Personal – ¿En qué formas te reúnes a orar con otros, cómo oran, y por qué oran?

 

  1. ¿Quién estaba en la compañía de los discípulos? Hechos 1:14

 

  1. ¿Cuándo hubo otra ocasión en la que había mujeres presentes? Lucas 8:1-3

 

  1. ¿Qué dijo Jesús acerca de su madre y hermanos en Lucas 8:19-21?

 

  1. ¿Qué no existe entre ustedes y por qué razón? Gálatas 3:24-28

 

Personal – ¿En qué formas has orado esta semana con María, la madre de Dios?  ¿Qué tan seguido oras con los hombres, mujeres y niños que están más cerca de ti?

 

TERCER DIA                                        1 PEDRO 4:13-16                SEGUNDA LECTURA

(“Cuando Su gloria sea revelada, ustedes se regocijarán.”)

 

  1. ¿En qué te debes regocijar? 1 Pedro 4:13

 

  1. ¿Cómo puedes compartir los sufrimientos de Cristo? 2 Timoteo 2:11

 

  1. ¿A qué nos dirigen nuestros sufrimientos y aflicciones? Romanos 5:3-5

 

  1. ¿Cómo somos glorificados con Jesús? Romanos 8:17 y Juan 12:23-24

 

  1. ¿Qué harás cuando Su gloria sea revelada? 1 Pedro 4:13

 

  1. ¿Cómo nos encontramos cuando nos insultan por causa de Cristo, y quién en Su gloria ha venido a descansar sobre nosotros? 1 Pedro 4:14

 

  1. ¿Qué estará presente en ti cuando el Espíritu descanse sobre ti? Isaías 11:2

 

  1. ¿Cuáles son aquellas cosas por las cuáles ojalá no tengamos que sufrir? 1 Pedro 4:15

 

  1. ¿Si alguien sufre por ser Cristiano, como no debe sentirse; más bien que debe hacer?   1 Pedro 4:16

 

Personal – ¿En qué forma has muerto a tu antiguo modo de hacer las cosas para poder llevar el nombre de Cristiano?  ¿Qué significa ese nombre para ti?  ¿Cómo has sufrido por ese nombre, y cuál ha sido tu actitud?

 

CUARTO DIA                                      LEE JUAN 17:1-11                               EVANGELIO

(“He manifestado tu Nombre a los que me diste apartándolos del mundo.”)

 

  1. ¿Qué palabras tranquilizadoras había hablado Jesús? Juan 16:33

 

  1. ¿A dónde miró Jesús, y qué dijo? Juan 17:1

 

  1. ¿Qué se le ha dado a El por sobre toda la humanidad, para que pueda hacer qué? Juan 17:2

 

  1. ¿Qué es la vida eterna? Juan 17:3 y 1 Juan 5:20

 

  1. ¿Qué hizo Jesús en la tierra y cómo lo hizo? Juan 17:4

 

  1. ¿Dónde le da gloria el Padre a Jesús y cuando tuvo El esta gloria? Juan 17:5

 

  1. ¿Qué les hizo saber, y qué han hecho esos a los que se les han dado? Juan 17:6

 

  1. ¿De qué se dan cuenta, que fue confiado a ellos y qué tuvieron que hacer? Juan 17:8

 

  1. ¿Cómo se les es dado a saber que Jesús vino del Padre y qué tuvieron que hacer?   Juan 17:8

 

  1. ¿Por quién ora Jesús? Juan 17:9

 

  1. ¿Quién ha sido glorificado? Juan 17:10

 

  1. ¿Dónde dice El que no estará más? ¿Qué le pide al Padre que haga, cómo lo hará para que estos lleguen a ser uno, como lo son el Padre y el Hijo?  Juan 17:11

 

Personal – ¿Cómo has hecho conocido el nombre de Jesús a esos que El te ha dado?  ¿Apunta de que manera has llegado a saber quien es Jesús.  ¿Cómo te ha revelado el camino, la verdad y la vida?  Medita sobre esto y comparte con alguien.

 

QUINTO DIA                               LEE EL SALMO 27:1, 4, 7-8

(“…es tu rostro, Señor, lo que yo busco.”)

Lee y medita el Salmo 27:1, 4, 7-8.

 

¿Qué te dice personalmente el Señor por medio de este Salmo?

 

¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida diaria?

 

SEXTO DIA                               LEE TODO EL COMENTARIO

                                                                HECHOS 1:12-14

            El tema central del pasaje de ahora es la absoluta necesidad de la oración. En el mundo de ahora, el área más fuerte en tu vida debe ser el tiempo en que oras con Jesucristo.  Hemos visto por todo el Nuevo Testamento que Jesús se retiraba y oraba a solas a Su Padre antes de hacer cualquier cosa.  Nosotros somos llamados a ser como El.  Jesús les dijo que no abandonaran la habitación superior hasta que Su Espíritu regresara a ellos.  Así se prepararon para los eventos futuros que cambiarían la faz del mundo entero conocido, en unos 25 años, pasando los siguientes diez días en solemne oración.

            Este tiempo de preparación al cuál le llamaremos un retiro de oración es el tiempo de la espera, orando y esperando el poder y guía del Espíritu Santo.  Una decisión difícil, o un trabajo muy duro nunca debería de atentarse sin antes orar primero al Espíritu Santo.  Necesitamos tomar el ejemplo de los apóstoles y no apresurarnos y esperar que todo salga bien.  Necesitamos preguntarnos a nosotros mismos que tan seguido nos detenemos y oramos antes de hacer cualquier cosa o aún decir cualquier cosa.

            Estos apóstoles habían estado con Jesús por tres años y habían visto muchos milagros y sin embargo sabían que les faltaba algo.  Jesús no quería que ellos fueran al mundo sin preparación.  El no quiere que vayamos nosotros sin preparación tampoco.  El nos ha dado Su Espíritu Santo quien nunca nos abandonará. Su poder es lo que usaremos para resistir a Satanás y hacerlo huir (Santiago 4:7).

                                                                1 PEDRO 4:13-16

            Hay muchos rumores en el mundo Cristiano ahora de que si  sigues a Cristo, serás feliz y vivirás una vida próspera.  Algunas gentes son atraídas a la fe Cristiana pensando que es como una póliza de seguro. Mucha gente piensa: si yo atiendo a misa cada semana, recibo todos los sacramentos y soy obediente a la iglesia, entonces llegaré al cielo sin mucho dolor.

            Jesús mismo nos dice que El no tiene un lugar donde descansar Su cabeza, ni se preocupa por ser próspero. En el mensaje de ahora, Pedro les está diciendo a los nuevos conversos que estaremos en el cielo con Cristo, si cargamos las cruces que El nos manda.  Esta no es una teología de obras, este es un convenio de amor.  Nuestro amor por El es lo que nos sostendrá cuando seamos perseguidos por ser Cristianos.

            Vivir la vida Cristiana no es el producto del hombre simple; es el producto de la naturaleza humana elevada a un plano más alto por medio de la gracia divina.  Los canales por los cuales recibimos Su gracia son las Escrituras.  En realidad no podemos decir que ser un Cristiano es algo severo, porque vemos como nuestro bautismo nos ha hecho hermanos y hermanas en Cristo y nos ha preparado para los otros sacramentos, entonces sabemos que nada nos puede separar del amor de Dios.  Ni la persecución, ni pruebas y condenas, ni siquiera la muerte misma nos separará del amor de Dios (Romanos 8:31-39).

            Experimentar sufrimiento por ser Cristiano es causa de tremenda alegría.  Esto significa que eres de Cristo, no del mundo.  Debo de decir que tenemos que orar y discernir, que el sufrimiento por el que estás pasando resulta por que estás haciendo la voluntad de Dios y no tu voluntad.  Debemos recordar todos que nuestro tiempo aquí en la tierra no es más que un momento en la eternidad, pero nuestro tiempo que vamos a pasar con Cristo en el cielo será eterno y esos son las “Buenas Nuevas.”

                                                                   JUAN 17:1-11

            Este pasaje del Evangelio de Juan es una oración de Jesús.  Nosotros podemos ver que el mundo es un campo de batalla y las fuerzas bajo el poder de Satanás son manejadas por el odio implacable a Jesús y todos sus seguidores.  Nunca debemos olvidar que estamos encerrados en una batalla espiritual y que nosotros, por nosotros mismos, no somos ningún reto para Satanás.  Somos llamados a ponernos nuestra armadura espiritual (Efe. 6:10-18) y estar listos.

            De nuevo miramos a Jesús yendo a Su Padre en oración.  El oró al Padre para que protegiera a Sus seguidores y esa protección se extiende ahora a ti y a mí.  Nosotros respondemos a esa protección por medio de nuestra vida en oración, nuestro estudio de las Escrituras y la recepción de los sacramentos.  El nos hará santos y nos unirá en Su verdad si nosotros habitamos en El y guardamos Sus mandamientos (Juan 15:7).

            Jesús nos está diciendo que la vida eterna es entrar en una relación personal con Su Padre por medio de El mismo.  La vida eterna requiere que nosotros entremos en una relación personal con Dios en Cristo Jesús.  Cuando finalmente aceptamos que somos pecadores (Romanos 2:23), y apartamos nuestras vidas del pecado (arrepentimiento), el amor de Cristo vive en nosotros por medio del Espíritu Santo.  Vemos a Jesús pidiéndole al Padre que lo restaure a Su lugar original ahora que Su tiempo de estar en la tierra está llegando rápidamente al final.  Necesitamos darnos cuenta que la resurrección y ascensión de Jesús fueron prueba de que ésta oración fue en verdad contestada totalmente.  Jesús dijo que Sus discípulos son Su gloria y que, por supuesto, significa que nosotros, quienes hemos decidido seguir a Jesús también.

            Que bendición tan grande es que Jesús pueda hallar gloria en nuestras vidas.  Es un signo de aliento para todos nosotros.  Si te has desprendido o hasta retirado de Cristo, ahora es el tiempo para regresar a El. Su oración al Padre fue por todos Sus hermanos y hermanas.  Recuerda que El fue a la cruz sabiendo muy bien que habría muchos pecadores quienes ni siquiera se daban cuenta de lo que El iba a hacer.  El también sabía que nos dejaría Su Espíritu para que nos habilitará a pelear contra Satanás (Juan 14:16).  Su muerte en esa cruz ganó para nosotros el derecho de ser llamados hijos e hijas del Altísimo, y El quiere que todos los que creemos en El tengamos vida eterna.  Su gloria llena y verdadera es compartir con todos nosotros, quienes creemos en El, la realidad de ver y dar alabanza y gloria a Su Padre celestial.  Debemos recordar que el mensaje de Jesús fue, “No he perdido ninguno de los que me has dado.”  ¡Así es que regresa!  “Abba” está esperando.

Aplicación

            La primera lectura nos dice que la primera comunidad Cristiana se dedicaba a la oración.  La segunda lectura nos dice que aquellos que sufren debido a que son justos están muy bendecidos. El Evangelio revela que todo lo que era del Padre fue también de Jesús en su hora de gloria.

Esta semana permite que te llene la presencia de Dios en tu casa trabajo o escuela.  Que el poder de la oración transforme tus actitudes y tu conducta esta semana.  Hazte el propósito tú mismo de empezar cada mañana con unos momentos de silencio a solas con El Señor.  A la mitad del día toma otros momentos para hacer lo mismo.  Antes de irte a dormir revisa tu día con El Señor y duérmete teniéndolo a El en la mente.

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