El Pan de Vida – Estudio de Biblia Catolico
By Deacon Ken and Marie Finn
ANTES DE COMENZAR:
Ora y pídele a Dios que te hable a través de Su Espíritu Santo. “EL ESPIRITU SANTO INTERPRETE, QUE EL PADRE LES ENVIARA EN MI NOMBRE, LES VA A ENSEÑAR TODAS LAS COSAS Y LES RECORDARA TODAS MIS PALABRAS.” (JUAN 14:26)
PRIMER DIA Vuelve a leer las lecturas de la semana pasada.
- ¿Cuál fue el mensaje qué recibiste de la homilía o de las lecturas que oíste en misa el domingo?
- ¿De lo que aprendiste, qué escogiste para aplicar a tu vida esta semana?
SEGUNDO DIA LEE EXODO 19:2-6 PRIMERA LECTURA
(“Los tendré a ustedes como mi pueblo de sacerdotes, y una nación que me es consagrada.”)
- ¿Dónde acamparon los Israelitas, quién subió hacia Dios y quién lo llamó? Éxodo 19:2-3
- ¿Adónde fue Jesús a orar? Mateo 14:23
- ¿Qué hizo el pueblo mientras Moisés se acercaba a la nube donde estaba Dios? Éxodo 20:21
- ¿Qué le dijo Dios a Moisés que explicara a los Israelitas? Éxodo 19:4
- ¿Qué hace el águila con sus polluelos y que ha hecho el Señor por su pueblo? Deuteronomio 32:11
- ¿Qué dice el Señor que debes hacer si quieres ser una posesión especial de El, y más amado que los demás? Éxodo 19:5, Deuteronomio 26:18
- ¿Qué le pertenece al Señor? Éxodo 19:5, 1 Corintios 10:26
- ¿Qué debía decirles Moisés a los Israelitas? Éxodo 19:6
- ¿Por qué somos “una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios eligió”? 1 Pedro 2:9
- ¿Para qué nos eligió Dios desde antes de la creación del mundo? Efesios 1:4
Personal – ¿De qué manera sientes que eres una posesión especial de Dios? ¿Qué te hace santo a su vista y a la de tu familia y amigos?
TERCER DIA LEE ROMANOS 5:6-11 SEGUNDA LECTURA
(“Pero Dios dejó constancia del amor que nos tiene y, siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros.”)
- ¿En qué tiempo murió Cristo por los pecadores? Romanos 5:6, Gálatas 4:4
- ¿Qué cosa es difícil de hacer? ¿Cómo nos dio Dios constancia de Su amor? Romanos 5:7-8
- ¿Qué hace Dios por nosotros y por qué? Juan 3:16
- ¿Qué hizo Jesús por nosotros y que nos dice esto sobre el amor? 1 Juan 4:10,19
- ¿De qué pecados fuimos perdonados? Romanos 3:25
- ¿Cómo hemos sido santificados y de qué nos salvaremos? Romanos 5:9
- ¿Qué es lo que Dios nos hace ver desde el cielo? Romanos 1:18
- ¿Cómo fuimos reconciliados con Dios cuando éramos enemigos, y ahora reconciliados cómo seremos salvados? Romanos 5:10
- ¿Qué clase de ministerio nos ha dado Dios? 2 Corintios 5:18
- ¿En qué nos sentimos seguros y que hemos obtenido a través de El? Romanos 5:11
Personal – ¿De qué modo has sentido el amor y el perdón de Dios en tu vida? ¿Cómo te has negado a ti mismo, a tu modo de hacer las cosas con el objeto de reconciliarte con alguien que te ha hecho daño?
CUARTO DIA LEE MATEO 9:36 – 10:8 EVANGELIO
(“La cosecha es grande y son pocos los obreros.”)
- ¿Por qué se compadeció Jesús? Mateo 9:36
- ¿Qué le dijo Jesús a sus discípulos acerca de la cosecha y qué debían rogar al dueño de la cosecha? Mateo 9:37
- ¿Qué dijo Jesús que miráramos al levantar la vista? Juan 4:35
Personal – ¿De qué modo has tratado de buscar y traer a alguien de regreso a la iglesia?
- ¿Sobre qué les dio Jesús autoridad a Sus discípulos y qué serían capaces de hacer con las enfermedades y dolencias? Mateo 10:1
- ¿Cuáles son los nombres de los doce apóstoles? Mateo 10:2-4
- ¿Quién era Judas y qué se debía cumplir? Hechos 1:16
- ¿A quién envió Jesús y a dónde les dijo que no fueran? Mateo 10:5
- ¿A dónde les dijo a los doce que fueran? Mateo 10:6
- ¿Qué debían ir proclamando los discípulos? Mateo 10:7
- ¿Qué predicaban tanto Juan el Bautista como Jesús? Mateo 3:2 y Mateo 4:17
- ¿Qué debían hacer los discípulos, cómo recibieron ellos y como debían dar? Mateo 10:8
Personal – ¿Qué has recibido gratuitamente en tu vida y qué has dado sin cobrar?
QUINTO DIA LEE SALMO 100:1-3, 5
(“El nos creó, a él pertenecemos, somos su pueblo y ovejas de su aprisco.”)
Lee y medita el Salmo 100: 1-3, 5.
¿Qué te dice personalmente el Señor por medio de este Salmo?
¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida diaria?
SEXTO DIA LEE TODO EL COMENTARIO
EXODO 19:2-6
El monte Sinaí es uno de los lugares más sagrados de la historia de Israel. En esta montaña Moisés encontró a Dios en un arbusto ardiendo, Dios hizo su pacto con Israel y Elías oyó a Dios en “el sonido de un susurro.” Aquí fue donde el pueblo de Dios conoció las bendiciones que se reciben con la obediencia y las trágicas consecuencias de la desobediencia. Dios estaba listo para decirle a los Israelitas por qué los había salvado de la esclavitud. Les dice cuánto deseaba que Israel fuera un pueblo consagrado, una nación de sacerdotes por medio de los cuales cualquiera podría acercarse a Dios libremente. Estos sacerdotes representarían el modo en que toda la nación debía ser. Aunque todos los hombres de la tribu de Levi estaban dedicados al servicio de Dios, únicamente los descendientes de Aarón tenían derecho a ser sacerdotes. Esta distinción les permitía realizar sacrificios durante sus servicios de adoración. Los sacerdotes tenían que estar seguros de estar limpios y re-dedicados a Dios antes de poder ayudar al pueblo a seguir el camino de la justicia. Como parte de su rito de dedicación, se les ponía sangre como seña de que toda su persona estaba apartada para el servicio de Dios. Este ritual servía para mostrar que la santidad viene de Dios y no del hecho de ser sacerdote.
El plan de Dios fue corrompido muy pronto. Entonces Dios estableció a los Levitas como sacerdotes. No toda la gente era escogida o seleccionada para ser sacerdotes, pero toda la gente debía tener una visión sacerdotal en su corazón y en sus acciones. Sin embargo con la venida de Cristo, Dios extendió su plan a todos los creyentes. Todos debemos consagrarnos, ser como sacerdotes, gente que cambia para llenarse con Dios.
Hoy hay una fuerte y urgente necesidad de tener gente cambiada y consagrada. Dios quería tener una nación especial en la tierra, que representara sus caminos y fuera una presencia salvadora en el mundo. Ora para que así sea tu nación, tu comunidad, tu familia y tú serás “llenado con Dios”. Ora especialmente para que tus líderes espirituales recuerden que su santidad les viene de Dios y no de su estado social.
ROMANOS 5:6-11
En la lectura de hoy, descubrimos que somos incapaces pues no podemos hacer nada por nosotros mismos para salvarnos. Alguien tiene que venir y rescatarnos. Dios controla toda la historia en Su tiempo y de acuerdo a Su voluntad por medio de la muerte en la cruz de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Ahora estamos en paz con Dios, lo cual no es únicamente en un sentido pacifico de seguridad y confianza. La paz con Dios significa ser uno con El, estar reconciliado con El. La paz con Dios es posible únicamente debido a que Jesús pagó el precio por nuestros pecados con su muerte en la cruz en el Calvario. El murió por nosotros cuando aún éramos pecadores. Dios mandó a Jesús a morir por nosotros, no por que lo mereciéramos, sino por que nos amaba. El amaba al fácil de ser amado y al difícil de ser amado. El hubiera muerto por ti en la cruz si tu hubieras sido la única persona en el mundo, pues El te amó aún antes de que te convirtieras a El.
Su amor es el mismo amor que nos da el poder de resistir a Satanás diariamente. El poder que salvó a Cristo de la muerte es el poder que vive en nosotros ahora. El amor del Padre que permitió que Su hijo muriera por nuestros pecados es el mismo amor que envía al Espíritu Santo a vivir en nosotros. Puedes estar seguro, tienes una reserva de poder y de amor para pedir diariamente ayuda para enfrentar todos los problemas y dificultades que se te presenten. También puedes estar seguro de que puedes orar para conseguir el perdón y esperar todo el amor y poder de Dios que necesites.
MATEO 9:36-10:8
Jesús necesita a todos los trabajadores que saben como tratar los problemas de la gente. Nosotros podemos consolar a otros y guiarlos en su vida, por que ya hemos sido ayudados en nuestros problemas, por que ya sabemos que El es la fuente y el proveedor de todas nuestras necesidades (Filipenses 4:19). En el evangelio de hoy vemos la urgente necesidad de trabajadores que vayan a los campos de Dios a recolectar la cosecha. La cosecha es de almas de hombres y mujeres y nosotros somos los trabajadores. Jesús miró a la muchedumbre que lo seguía y se refirió a ellos como a un campo listo para ser cosechado.
Hoy, hay mucha gente que diera su vida a Cristo si alguien le enseña el camino. Ese alguien puedes ser tú, así que prepárate para que Dios te use. Jesús llamó a sus discípulos y ahora te llama a ti. El no los forzó a ser de los suyos, el pidió voluntarios. Ser llamado por Cristo quiere decir ser escogido para servir a Cristo de un modo especial.
Jesús les pidió a sus discípulos que fueran únicamente hacia los Judíos debido a que ellos habían sido escogidos para decirles a los que quedaban en el mundo acerca del poder salvador de Dios. Los discípulos Judíos predicaron las “Buenas Nuevas” por todo el imperio Romano y pronto la iglesia se llenó con los Gentiles. Hoy, las Buenas Nuevas son que el reino está cerca. Jesús, el Mesías, ha empezado ya su reinado en la tierra, en los corazones de sus seguidores.
Jesús llamó a personas de todos los distintos estilos de vida, pescadores, activistas políticos, colectores de impuestos, ricos, pobres, instruidos. Hoy día mucha gente discrimina diciendo quien merece seguir a Cristo. Dios puede usar a quien sea sin importar si esa persona se siente insignificante. El usa gente ordinaria para llevar a cabo su trabajo extraordinario.
Aplicación
La primera lectura nos dice que la obediencia lleva a las bendiciones y la desobediencia lleva a la soledad y frustración. La segunda lectura nos dice que Jesús nos amó tanto que murió por todos, aún por aquellos a quienes no les importa en lo más mínimo. El Evangelio revela que la gente está lista para ser cosechada pero se necesitan más trabajadores que los guíen y les muestren el camino.
Esta semana, permite que tus acciones revelen a tu familia que tu eres una persona que quiere lo mejor para ellos. Que sepan por tus acciones lo que es la obediencia y la humildad. Dale a tu familia el regalo de tus servicios.
Puesto que has recibido el don de la alegría y otros dones, dalos gratuitamente. Dales el regalo de tu alegría. Trata de leerle a un niño chiquito. Lleva a un anciano(a) a comer contigo. Comparte tu fe y tu amor por el Señor con alguien. Tu capacidad de dar gratuitamente inspirará a alguien a seguir gratuitamente a Cristo.