DECIMOQUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
ANTES DE COMENZAR:
Ora y pídele a Dios que te hable a través de Su Espíritu Santo. “EL ESPIRITU SANTO INTERPRETE, QUE EL PADRE LES ENVIARA EN MI NOMBRE, LES VA A ENSEÑAR TODAS LAS COSAS Y LES RECORDARA TODAS MIS PALABRAS.” (JUAN 14:26)
PRIMER DIA Vuelve a leer las lecturas de la semana pasada.
- ¿Cuál fue el mensaje qué recibiste de la homilía o de las lecturas que oíste en misa el domingo?
- ¿De lo que aprendiste, qué escogiste para aplicar a tu vida esta semana?
SEGUNDO DIA DEUTERONOMIO 30:10-14 PRIMERA LECTURA
(“Si tan solo escuchas la voz del Señor, tu Dios”)
- ¿Quién está hablando y a quién le habla? Deut. 29:1
- ¿Si escuchas la voz del Señor y guardas Sus mandamientos y Sus normas que hará El? Deut. 30:9-10
- ¿Cómo se llama este libro? Deut. 30:10
- ¿De qué modo debes regresar al Señor? Deut. 30:10
- ¿A qué no son superiores estos mandamientos según dice Moisés? Deut. 30:11
- ¿En qué lugares no se encuentran? ¿Qué no podrás decir? Deut. 30:12-13
- ¿Cuáles son los dos lugares donde encontrarás estos mandamientos? Deut. 30:14
- ¿Qué debes hacer con la palabra del Señor? Deut. 30:14
Personal – ¿De qué modo ha hablado tu boca sobre el amor que tienes en tu corazón hacía el Señor? ¿De qué modo han visto u oido los de tu familia, tus amigos o compañeros de trabajo ese amor que hay en tí? ¿El modo en que te ves a tí mismo se confirma con el modo en que otros te ven y te oyen?
TERCER DIA COLOSENSES 1:15-20 SEGUNDA LECTURA
(“Recibimos la paz a traves de la sangre la cruz.”)
- ¿Quién es el primogénito de toda la creación? Colosenses 1:15
- ¿Como la imágen de quién es? Colosenses 1:15
- ¿En quién fueron creados el cielo y la tierra? Colosenses 1:16
- ¿Cuáles son algunas de las cosas que fueron creadas para Jesús? Colosenses 1:16
- ¿Aparte de El qué fue creado? Juan 1:3
- ¿El existe antes de qué? ¿Cómo se mantiene todo? Colosenses 1:17
- ¿De quién es el la Cabeza y por qué razón? Colosenses 1:18
- ¿Qué deseaba Dios? Colosenses 1:19
- ¿Cómo nos reconciliamos con Dios y cómo se estableció la paz? Colosenses 1:20
- ¿Por qué razón ha hecho esto? Efesios 1:14
Personal – ¿Personalmente como has conseguido estar en paz con Dios a traves de Jesús? Escribe cuándo y dónde pasó esto. ¿De qué modo lo has compartido con alguien más?
CUARTO DIA LUCAS 10:25-37 EVANGELIO
(“Vete y haz tú lo mismo.”)
- ¿Quién se levantó a plantear un problema? ¿Cómo se dirijió al Señor y qué le dijo? Lucas 10:25
- ¿Cuando Jesús le contestó le hizo dos preguntas, cuáles fueron? Lucas 10:26
- ¿Cuál fue la contestación del maestro de la ley en el versiculo 27 de Lucas 10?
- ¿Cuál es el nuevo mandamiento que nos dió Jesús durante la última cena? Juan 13:34 y 15:12
- ¿Cómo dijo Jesús que era la respuesta del maestro de la ley? ¿De dónde sacó esa respuesta?
Lucas 10:28, Deuteronomio 6:5 y Levítico 19:18
- ¿Qué dijo Jesús que le pasaría si seguía ese mandamiento? Lucas 10:28, ver Levítico 18:5 para ver que le sucede a un hombre que obedece Sus mandamientos.
- ¿Qué le dijo éste a Jesús y cuál fue la respuesta acerca del hombre que iba de Jerusalén a Jericó? Lucas 10:29-30
- ¿Quién iba por el mismo camino y qué hizo y después, quién se le acercó y qué hizo? Lucas 10:31-32
- ¿Qué hizo el Samaritano cuando vió al hombre? Lucas 10:34
- ¿Qué hizo el Samaritano al día siguiente? Lucas 10:35
- ¿Qué preguntó Jesús al maestro de la Ley, cuál fue la respuesta de este y que le dijo Jesús que hiciera? Lucas 10:36-37
Personal – ¿De qué manera te ha dado el Señor la oportunidad de ser compasivo con algún miembro de tu familia, amigo, compañero de trabajo o algún extraño, durante la semana pasada? ¿Cómo respondiste?
QUINTO DIA LEE EL SALMO 69:14, 17, 30-31, 33-34, 36-37
(“Y por tu gran misericordia, vuélvete hacía mí.”)
Leé y medita el Salmo 69:14, 17, 30-31, 33-34, 36-37.
¿Qué te dice personalmente el Señor por medio de este Salmo?
¿Cómo puedes aplicar esto a tu vida diaria?
SEXTO DIA LEE TODO EL COMENTARIO
DEUTERONOMIO 30:10-14
Este pasaje establece que el consuelo, el perdón y restauración no solo eran posibles de alcanzar por los Israelitas, sino que Dios mismo deseaba dárselos. La nación de Israel debe cambiar totalmente y volverse al Señor. Unicamente así Dios restaurará Su misericordia y restaurará a Israel dándole su lugar correcto en la tierra. Unicamente a traves del pacto propuesto por Dios a Su pueblo puede éste recobrar la felicidad.
Escuchamos en la lectura de hoy que el guardar los mandamientos (Deut. 30:11-14) no está muy lejos de encontrarse como sugerían las mentes no muy profundas en esos tiempos. El autor ha enfatizado un mensaje espiritual con mucho poder. La Ley de Dios no está en alguna corte lejana o en alguna universidad prestigiada. La Ley de Dios está muy cerca al corazón del hombre. Si ésta actitud hubiera prevalecido en relación con la Ley Mosaíca, Jesús no hubiera tenido tal conflicto con los formalismos del maestro de la Ley. La ley positiva Judeo Cristiana puede equipararse simplemente con el modo que Dios tiene para guiar las aspiraciones del corazón humano hacía Sí mismo.
San Pablo nos muestra que cerca está realmente la ley de Dios, en Romanos 10:6-10. Pablo nos dice que no necesitamos buscar en los cielos a Cristo y traerlo para ayudarnos y ¡no necesitamos ir entre los muertos y traer a Cristo a la vida nuevamente! La Salvación es Confiar en Cristo; está tan cerca como lo están nuestros corazones y nuestras bocas. Pues es creyendo en su corazón que el hombre se justifica con Dios y con su boca les dice a otros sobre su fe, confirmando su salvación.
La gente siempre ha buscado a Dios a traves de experiencias dramáticas, esperando que haya un encuentro que cambie sus vidas. Habrá quien viaje muy lejos para encontrar a un famoso guía espiritual, pero la salvación de Dios esta mero enfrente de nosotros. El vendrá a nosotros donde quiera que nos encontremos. Todo lo que necesitamos hacer es entregarnos y rendirnos a su don de salvación. Necesitamos dejar de buscar y empezar a entregarnos a Su amor y Su misericordia.
Oímos diariamente en nuestra misa Católica la proclamación de la Palabra de Dios trayéndonos la salvación, la curación y la restauración. Dejemos que nuestros oidos oigan, que nuestros corazones crean y que nuestras lenguas hablen y su regalo de salvación se esparcirá a traves de la tierra.
COLOSENSES 1:15-20
Este pasaje tiene algunas de las más poderosas declaraciones teológicas acerca de Cristo en el Nuevo Testamento. Cristo es alabado como el Icono o imágen del Dios invisible. El pone de manifiesto la presencia de Dios en Su persona. Es llamado el primogénito de toda la creación pues todo lo demás fué creado a traves de su mediación. El existía antes de toda la creación y predomina entre toda élla. Pablo nos muestra cual es el alcance de la creación. Empieza con el cielo y la tierra, lo visible, lo invisible, el poder y la fuerza, los tronos, los dominios, los principados. Todo esto fue creado no solo por El, y a traves de El sino también, en El. Todo está sujeto a Cristo y a traves de Su poder creativo la misma creación continúa.
Pablo habla de Cristo como el principio, el punto de partida de la redención. El es el primero que conoce lo que es la resurrección de la vida y por lo tanto, es el primogénito entre los muertos. Mediante el uso frecuente de la palabra “todo,” la dimensión cósmica del poder y la gloria de Cristo se remarca. La restauración que El trae es la paz que fue obtenida mediante el derramamiento de Su sangre en la cruz.
Se establece que Pablo nunca había visitado Colosas. Evidentemente la iglesia había sido fundada por otros, convertidos por Pablo en sus viajes misioneros. La iglesia, sin embargo, se había visto infiltrada por un relativismo religioso de algunos creyentes que atentaron mezclar partes del paganismo y la filosofía secular con la doctrina Cristiana. Pablo entonces ataca a los herejes, confronta sus enseñanzas falsas y afirma la suficiencia de Cristo.
Podemos ver en el pasaje de hoy lo que sucede cuando el jefe del equipo está ausente y empiezan las confusiones. Pablo defiende sus enseñazas acerca de Cristo durante una fuerte discusión doctrinal acerca de la persona y el trabajo de Cristo. Pablo se encontraba batallando contra un grupo de líderes llamados “Agnósticos.” Los Agnósticos creían que se necesitaban conocimientos especiales para ser aceptados por Dios y se llamaban a sí mismos Cristianos. Ellos creían que no se conseguía la salvación únicamente con Cristo. El principal argumento de Pablo era: no es lo que uno sabe lo que le hace ser cristiano, sino a quien uno conoce. Conocer a Cristo es conocer a Dios. Hoy en día existe el mismo peligro y como Pablo, debemos aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador personal. Jesús nos pide nuestro corazón, mente y alma y solo necesitamos rendirnos a El y decirle, sí.
LUCAS 10:25-37
El maestro de la ley preguntó a Jesús algo que superficialmente parecía simple “¿Qué debo hacer para recibir la vida eterna?” Jesús en su papel de Maestro Hebreo o Rabino, le contestó con dos preguntas “¿Qué estaba escrito en la Ley y cómo interpretaba él la ley?” En esos tiempos para un Judío ortodoxo, la definición de prójimo significaba únicamente otro Judío.
Jesús les relata la historia que los lleva a definir quién es nuestro prójimo. Y empieza contándoles sobre un hombre que había sido despojado de sus pertenencias y golpeado y dejado en el camino medio muerto. La primera persona que pasó por ahí fue un sacerdote quien probablemente iba camino al templo a practicar sus deberes sagrados. Este ni siquiera se acercó a tocar al pobre hombre pues la escritura dice en Números 19:11 que un sacerdote tendrá prohibido entrar al templo sagrado por siete días cuando toque a un muerto. Sus quehaceres del templo y de la comunidad estaban por encima de ayudar a este hombre en particular. La segunda persona que pasó por ahí fue un levita quien era un asistente de los sacerdotes. Los sacerdotes eran los que hacían el sacrificio de la expiación y estaban a cargo de los altares y los servicios sagrados. El levita también estaba envuelto en sus quehaceres del ministerio y sus responsabilidades, las cuales eran asistir al sacerdote en el templo y otros quehaceres religiosos.
Finalmente pasó por ahí un Samaritano quien no solo se detuvo a ver que sucedía, sino que trató de ayudar. A lo mejor el hombre no era un Samaritano en realidad, ese nombre se usaba para designar a la gente que no vivía exactamente conforme a las normas establecidas. Hoy llamaríamos a esa persona “un disidente” alguien que acepta tomar riesgos. A Jesús se le llama Samaritano en Juan 8:48, obviamente ellos pensaron que no era un ortodoxo como ellos. La pregunta que Jesús le pone al maestro de la ley es “¿Quién crees tú, fue un prójimo para ese hombre?” ésta es la misma pregunta que El nos hace a tí y a mí. El amor de Dios es tan grande que cualquiera que tenga una necesidad puede tener Su ayuda.
Dios desea que ningún hombre perezca, no importa cual sea su situación en la vida. Estamos llamados a amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y fuerzas, amando a nuestro prójimo de la misma manera. Jesús eleva aún más esta norma en Juan 15:12 cuando nos pide que nos amemos unos a otros como El nos ha amado. El Samaritano tenía el amor de Dios en su corazón y lo demostró con sus acciones. Seremos juzgados un día no por nuestra doctrina o credo sino por el amor que hayamos dado a nuestro prójimo, con todo el corazón, fuerza y alma. Este es el modo con que debemos amar a nuestro prójimo y que demuestra al mundo como amamos a Dios en realidad.
Aplicación
La primera lectura nos dice que primero debe haber arrepentimiento antes de esperar la misericordia. La segunda lectura nos muestra que Cristo es alabado como la imagen del Dios invisible. El Evangelio revela que nosotros seremos juzgados sobre cómo amamos a nuestro prójimo.
Podemos vivir como el Samaritano cuando le damos la preferencia en nuestro corazón al amor de Dios y permitirnos a nosotros mismos amar a todos y cada uno igual que Jesús nos ama a nosotros. Este es un amor que tiene la voluntad de pagar cualquier precio que sea requerido. Permite que sea tu familia la primera que sienta esa clase de amor que viene de ti. Puedes empezar muriendo a tus propias necesidades fijándote más en las necesidades de otros y respondiendo a estas.